Wittgenstein y el Círculo de Viena - Roberto José Carmona Ballestas
Presidente de la AEFA
rjcarmona@mail.uniatlantico.edu.co
Wittgenstein y el
Círculo de Viena
El
objeto de este trabajo es mostrar cómo las ideas de Wittgenstein repercutieron
en la concepción científica del mundo del Círculo de Viena, tomando como base
el análisis lógico del lenguaje para verificar las teorías científicas y
demarcar los criterios de la ciencia. Por otro lado cabe resaltar la
malinterpretación que los filósofos del Círculo de Viena le dieron a las ideas
wittgensteinianas, haciendo que se tergiversara la postura de Wittgenstein
frente a las ideas científicas y hasta filosóficas, tanto así que algunos
inescrupulosos lo han tildado de positivista.
En
este texto explicaré qué relación mantuvo Wittgenstein con el Círculo de Viena,
relación tanto personal como académica, qué ideas heredó el Círculo de Viena y
cómo influyó Wittgenstein en su estructura de pensamiento. También explicaré a
qué se debe la malinterpretación de las ideas de Wittgenstein por parte del
Círculo de Viena y sus repercusiones.
La tradición austriaca
La
tradición filosófica austriaca tiene como característica principal, tratar los
problemas de la ciencia o mejor, de la
filosofía de las ciencias. Esto se debe a que fue prohibida la difusión y
enseñanza de la filosofía kantiana que estaba en auge en Alemania propiamente
en el siglo XIX. Dicha prohibición se llevó a cabo por el carácter religioso de
corte católico que imperaba en la Austria de ese tiempo, en contraposición al
protestantismo que se profesaba en Alemania. Pero paradójicamente esta
prohibición trajo de por sí un aspecto positivo en la formación de tradición filosófica
en Austria, ya que a un lado el sistema filosófico kantiano, los filósofos
austriacos se vieron obligados a encontrar diferentes esquemas conceptuales
para fundamentar sus teorías filosóficas además de buscar una nueva forma de
hacer ciencia, prescindiendo de la distinción analítico-sintético kantiana.
Ya
a mitad del siglo XIX el filósofo y físico austriaco Ernst Mach había aparecido
en la escena filosófico-científica de Europa, influenciado por Kant y Brentano,
dos pensadores alemanes, pero sin duda la forma como Mach explica sus ideas
científico filosóficas o mejor, la manera como hace filosofía de la ciencia,
tiene un rasgo distintivo propio que se va a ver reflejado en toda la
estructura de pensamiento de la tradición austriaca.
Lo
interesante de esto fue que en Austria una gran parte de científicos en
diferentes áreas de pensamiento (matemáticas, lógica, física, química, etc.) se
preocupaban por los fundamentos de sus ciencias, por otro lado, como ya bien
mencioné, la escisión de todas las posturas idealistas de corte alemán
influyeron en que estas problemáticas fueran tratadas de manera empírica o
materialista.
Wittgenstein y el
Círculo de Viena
Ludwig
Wittgenstein, heredero de una jugosa fortuna de las familias más prominentes
del Imperio Austriaco, decidió aventurarse a hacer muchas cosas, en su mayoría,
que tuvieran que ver con la ingeniería o cercanas a ese aspecto, ya que su
crianza e influencia por parte de su padre, el presente que le rodeaba (auge
del capitalismo) y la tradición austriaca (pragmatismo), lo formaron como un
joven con ingenio, pero un ingenio que a su vez fuera práctico y útil. Es por
eso que cuando Wittgenstein se propone a hacer filosofía, lo hace con una razón
pragmática, se mete con la herramienta del humano para poder expresar lo que
sabe del mundo, esto es, el lenguaje.
Obsesionado
por analizar la estructura lógica del lenguaje, Wittgenstein se aventura a
explicar a su manera, el tema del lenguaje, la filosofía, la ciencia y lo no
más importante, la ética, es aquí cuando nace en 1918 y publicado en 1922 el Tractatus logico-philosophicus. Pero lo
más relevante de esta obra o por lo menos así lo consideraban algunos era el
análisis lógico del lenguaje y la relación de este con la realidad, la pregunta
por la filosofía y el insumo ético, poco importaba, en una época donde de lo
que se trataba era de definir qué era lo que cabía dentro del criterio de
demarcación científico.
Mientras
Wittgenstein publicaba su obra en Inglaterra y mantenía asesoría con Russell,
en Viena se llevaba a cabo un movimiento académico interdisciplinar, un
movimiento que surgió en reuniones esporádicas entorno a los problemas por la
fundamentación de las ciencias.
Moritz
Schlick un filósofo alemán, había recibido en 1922 la cátedra de ciencias
inductivas que se impartía en la Universidad de Viena desde 1985 por el ilustre
Ernst Mach. Dicha cátedra habría tenido como catedráticos a Mach, seguido de
Ludwig Boltzman quien la tuvo desde 1902 hasta 1906, Adolf Stöhr, hasta llegar
a Moritz Schlick. Todos los que impartieron esta cátedra mostraron un claro
desacuerdo con las ideas metafísicas en lo que concernía a la explicación de
las ciencias, de lo que se trataba era de liberar a la ciencia de toda
metafísica y buscar nuevos esquemas conceptuales para explicar los fenómenos
físicos. Esta progresión empirista tuvo éxito gracias al panorama político (de
corte liberal) y filosófico (de corte empirista, despojándose de las posturas y
sistemas idealistas alemanes tales como los de Kant y Hegel).
A
partir de las cátedras de Schlick varios jóvenes científicos y filósofos
decidieron seguir las conversaciones ya no en un salón de clases, sino de
manera interdisciplinar, en los pasillos, cafés, salones, a lo largo y ancho
del campus de la Universidad de Viena se estaba gestando lo que se llamaría en
un primer momento el Círculo de Schlick, para después tomar una relevancia más
internacional, ya que sus ideas llegaban hasta Praga y Berlín, de ahí pasa a
llamarse el Círculo de Viena.
El
Círculo de Viena tenía como propósito divulgar la concepción científica del
mundo, de hecho sus integrantes (Otto Neurath, Rudolf Carnap y Hans Hahn)
deciden hacer un manifiesto con el nombre de Wissenschaftliche Weltauffassung der Wiener Kreis (su traducción al
castellano es: La concepción científica
del mundo). En este manifiesto los integrantes del Círculo de Viena se
propugnan por la unificación de la ciencia, por un método único, por
fundamentar las ciencias y por el análisis lógico del lenguaje.
En
1927 después de muchos intentos, Wittgenstein y Schlick se reúnen y hablan
sobre las ideas del primero y la notoria influencia que ha tenido en el último
y sus discípulos. En un primer momento a Wittgenstein le agrada la idea de
hablar con Schlick, ya que el alemán es capaz de seguir al austriaco en sus
explicaciones y llegan a arreglar una reunión posterior con algunos miembros
del círculo pero con algunas condiciones, ya que Wittgenstein era una persona
muy temperamental y toleraba poco que le llevaran la contraria o no lo entendieran.
La reunión se llevó a cabo pero algunos integrantes del círculo no se sintieron
tan a gusto con la presentación de Wittgenstein, ni éste se sintió cómo con
algunos miembros del círculo, así que no pasó mucho para que Wittgenstein
dejara de tener acercamientos con los filósofos del Círculo de Viena.
Pero
¿cuál era el interés de los pensadores de Círculo de Viena por las ideas de
Wittgenstein? ¿Por qué las ideas de Wittgenstein fueron una fuerte influencia
para la concepción científica del mundo? Pues el interés radicaba precisamente
en el análisis del intermediario epistemológico entre lenguaje y mundo, es
decir, cómo el lenguaje nos describía el mundo y cuál era la teoría del
conocimiento científico que esto implicaba, a esto, podemos alegar al análisis lógico
del lenguaje. Por otro lado las ideas de Wittgenstein fueron una fuerte
influencia para la concepción científica del mundo debido a que Wittgenstein le
prestó gran atención al método de verificación, es decir a la contrastación de
las proposiciones con la realidad para poder dar un valor veritativo. Es esto
en últimas lo que va a tomar el Círculo de Viena ya que para ellos si una
teoría no se verifica empíricamente no puede ser científica. En la proposición
2. Wittgenstein (1922) dice, “Lo que es el caso, el hecho, es el darse efectivo
del estado de cosas.”, esto quiere decir que los hechos, los cuales componen el
mundo es cuando efectivamente (4.25) los estados de cosas se dan, pero para
probar que el hecho se dio, que ese estado de cosas es verdadero, tiene que ser
contrastado con la realidad.
¿Wittgenstein
positivista?
Por
último explicaré en este apartado por qué el Círculo de Viena malinterpretó las
ideas de Wittgenstein, tanto así que algunos filósofos laxos e inescrupulosos
tildan a éste de positivista, sin saber nada de su obra ni mucho menos de lo
que significa ser positivista.
En
primer lugar hay que tener claro que los miembros del Círculo de Viena no eran
positivistas o positivistas lógicos como se les mal llama, sino empiristas, si
bien su doctrina se llamó empirismo lógico, la diferencia entre el positivista
y el empirista, es que el primero está motivado por una actitud, la actitud
positiva frente a la ciencia, es decir, el positivista considera que todo lo
que no sea conocimiento positivo, esto es, científico, no tiene validez dentro
de una línea de pensamiento serio; por otra parte el empirista es aquel que se
fundamenta en los datos de la experiencia, y a partir de estos realiza sus
estudios y análisis del objeto, hecho o fenómeno que examina. Si bien la
actitud positivista estaba claramente activa en el Círculo de Viena, pero de
ahí a que esa actitud sea algo negativo e intentar llamar positivista a alguien
con fines peyorativos es producto de la ignorancia. Dejando claro esto explicaré
por qué Wittgenstein dista mucho de ser positivista, y en qué difirió con el
Círculo de Viena.
Fueron
varias las cosas que motivaron a Wittgenstein a realizar el Tractatus logico-philosophicus, desde el
análisis lógico del lenguaje, la lógica y el mundo, lo decible y lo mostrable,
pero también alega que lo que no se dice es lo más importante. En la
introducción que Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera (1986)[1] le
hacen al Tractatus dicen:
De creer,
pues a Wittgenstein, la cuestión de lo decible y lo indecible –o de lo decible
y lo mostrable- y su delimitación precisa sería la inquietud fundamental de
donde surgió el Tractatus. Y esto es,
de hecho, el punto capital del análisis que el libro hace de la lógica de
nuestro lenguaje, de cuya mala comprensión –y solo de ella- surgen todos los
problemas filosóficos, meramente lingüísticos siempre, que en un lenguaje
analizado desaparecerían por sí mismos. (p. 16).
Lo
que quiero dar a mostrar con este párrafo es que lo que pretendía Wittgenstein
estaba más allá de lo que se podía decir, cosa que por supuesto chocaba con la
manera de pensar del Círculo de Viena, pues ¿cómo era posible que uno de sus
máximos influyentes dijera que lo indecible es lo que se puede mostrar? Por
otro lado, cabe resaltar, que los miembros del Círculo de Viena sabían muy bien
de qué iba el análisis lógico del lenguaje y con esto, la distinción entre
filosofía y ciencia (4.111), ellos sabían muy bien que la ciencia no era lo
mismo que la filosofía y compartían con Wittgenstein (1922) que “la totalidad
de las proposiciones verdaderas es la ciencia natural entera (o la totalidad de
las ciencias naturales)”[2],
es decir, la ciencia son todas aquellas proposiciones verdaderas, pues para que
sean verdaderas han tenido que pasar por la contrastación con la realidad y
sacar un resultado efectivo, pues si bien como dice Wittgenstein (1922) en la
4.06: “Solo en la medida en que es una figura de la realidad puede la
proposición ser verdadera o falsa”. Pero la filosofía era algo muy distinto, en
la filosofía encontramos pseudoproposiciones y hasta proposiciones carentes de
sentido o sinsentidos, esto se debe a que los filósofos se han empeñado a
enmarañar nudos en vez de desenredarlos (4.112-4.116).
Para
finalizar, Wittgenstein al final de su obra, deja de manera implícita el
material ético que motivo su obra, dará a entender que aquel material ético no
se puede decir, y es eso precisamente lo mostrable. Si bien Wittgenstein
atribuye a las proposiciones éticas y religiosas la característica de
sinsentidos, ya que no nos proporcionan conocimiento alguno; pero en su conferencia sobre ética publicada en
1965 pero escrita en 1929, Wittgenstein se despide de esta manera:
La ética,
en la medida en que surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la
vida, sobre lo absolutamente bueno, lo absolutamente valioso, no puede ser una
ciencia. Lo que dice la ética no añade nada, en ningún sentido, a nuestro
conocimiento. Pero es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo
personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo ridiculizaría.
De
este modo me atrevo a desmentir que Wittgenstein era positivista, lo que ocurre
es que como hombre sensato tenía que explicar que lo que no se puede contrastar
con el mundo, cae en un sinsentido.
Bibliografía
Circulo
de Viena., (2002). La concepción científica del mundo. Redes 18. 9(18).
Lanza,
H., (2015). Las limitaciones positivistas
y los juicios de valor. Barranquilla, Colombia.
Wittgenstein,
L., (1965). Conferencia sobre ética. The
philosophical Review. 74(1).
Wittgenstein,
L., (2010), Tractatus
logico-philosophicus, Madrid, España: Alianza Editorial.
Comentarios
Publicar un comentario