Hace tiempo, mantuve una conversación filosófica con mi colega y amigo Gustavo Flórez en un pequeño negocio que tenía en el campus de la Universidad del Atlántico. Hablábamos sobre la filosofía con apellidos y el quehacer de los filósofos. Yo le comentaba que en una de mis conversaciones con mi expareja, yo le explicaba mi percepción de la filosofía, y le decía a manera de analogía que la filosofía es como los limones ¿Como los limones? Sí, como los limones. Los limones suelen arreglar o potencializar el sabor de las comidas; si le echas limón a un pescado frito o a una ensalada, seguramente el sabor se hará más potente. Dicen los expertos en cocina que si un alimento se pasa de sal, suelen agregarle un poco de limón para mitigar el sabor salado del alimento en cuestión. En ese sentido, yo le comentaba a Gustavo que la filosofía es como el limón con las comidas. Supongamos que las diferentes disciplinas humanas, las ciencias, las artes, las ingenierías, los deportes, etc., son las c...
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