Jean Paul Sartre: nociones para una psicología fenomenológica - Gustavo Castro
Jean Paul Sartre: nociones para una psicología fenomenológica
Por: Gustavo Castro Imitola
Por: Gustavo Castro Imitola
En la trascendencia del ego de Jean Paul Sartre, podemos encontrar un
riguroso estudio acerca de la concepción del yo. En este primer ensayo es donde
expone las bases que más adelante compondrían uno de sus libros más
importantes: el ser y la nada. Estas
bases a las que se hacen referencia, son pues, las primeras consideraciones
acerca de la conciencia[1]
y los distintos grados de conciencia[2],
así pues para esbozar estos conceptos Sartre se vale en primer lugar del método
fenomenológico, o para ser más precisos sus cimientos están fundamentos en la
fenomenología de Edmund Husserl. Sin embargo, aunque Sartre, en sus diferentes
obras critica diferentes conceptos husserlianos[3],
a lo largo de su obra, se encuentra un matiz de todo este sistema filosófico
que lo apasionó cuando era un joven estudiante.
En el presente trabajo, se
busca realizar un somero repaso de la influencia fenomenológica en Sartre, si
bien no trataremos aquí de especificarla, porque ésta se presenta
explícitamente en sus obras, lo que buscamos centralmente son los aportes de la
fenomenología hacía la psicología, que desde el punto de vista sartreano se ve
como ciencia primigenia la cual nutre a todo el método psicológico. Así en las
distintas obras de Sartre, se hace mención a las críticas hacía el
psicologismo, sin embargo, a lo largo del tiempo se puede observar un cambio de
perspectiva frente a ésta. Esto es lo que pretendemos entonces, dar cuenta de
la posición de Jean Paul Sartre en sus diferentes obras sobre la psicología e
intentar esbozar las consideraciones que acabarían, finalmente en una
psicología fenomenológica, la cual propone el autor.
Expuesto lo anterior haremos
un repaso cronológico de dos obras de Jean Paul Sartre: la trascendencia del ego y bosquejo de una teoría de las emociones.
En su primera obra, la trascendencia del
ego, la cual fue publicada en 1938; Sartre se vale de la fenomenología de
Husserl para resolver la problemática acerca del cogito cartesiano, problemática que va a entender como “una ciencia de hechos y que los problemas
que se plantea son de hecho” (Sartre, 1938: P. 34) Aunque el mismo Sartre
explica que Husserl la llamaría una ciencia de esencias, sin embargo, esto
trata de la misma cuestión desde la perspectiva donde se sitúa Sartre. Esto es
lo que se puede decir acerca de la fenomenología en esta primera obra, a partir
de allí se encuentra un matiz husserliano en el resto del ensayo. Acerca de la
psicología, más exactamente al método psicológico, Sartre dedica un apartado la
crítica del método de los psicólogos de la época. Así, éste nota un error de
los psicólogos en cuanto a la estructura de la conciencia que Sartre busca
dilucidar:
“… un error muy frecuente de los psicólogos, que
consiste en confundir la estructura esencial de los actos reflexivos con los
actos irreflejos. Al obrar así se ignora que hay siempre dos formas de
existencia posible para una conciencia; y que cada vez que las conciencias
observadas se dan como irreflejas, se les supone una estructura reflexiva que
se pretende, con descuido que permanece inconsciente”. (Sartre, 1938: P. 55)
Es decir, en este punto, Sartre está en contra del
inconsciente, los psicólogos al ignorar las formas de la existencia de la
conciencia, se valen de este inconsciente
para explicar una conducta. Con la implementación de este inconsciente los
psicólogos estarían anulando la existencia de una de las formas de conciencia,
la irrefleja, estarían negando la espontaneidad de la conciencia, la cual se
encuentra en la estructura de la misma.
En la segunda obra, Sartre modifica un poco su
perspectiva, en bosquejo de una teoría de
las emociones publicada en 1940, cambia los objetivos de sus estudios, en
esta obra Sartre hace un esbozo de la emoción, busca entender a la emoción como
un fenómeno, en cuanto a su significación, para ello se vale nuevamente de la
fenomenología, con una notable influencia mayor que en la de la trascendencia del ego, así pues,
Sartre se valdrá de uno de los principios de la fenomenología: ir a la cosa
misma. En este ensayo es donde se puede apreciar considerables críticas y
aportaciones de la psicología, entre ellas Sartre crítica la teoría clásica y
también el psicoanálisis, sin embargo en esta ocasión, se ve un fenomenólogo
que también se vale de la psicología en un acto de reciprocidad para nutrir
simultáneamente a las dos disciplinas. Expondremos en esta ocasión la
concepción más importante:
“Para la mayoría de los psicólogos, ocurre como si
la conciencia de la emoción fuera ante todo una conciencia reflexiva; es decir,
como si la forma primera de la emoción como hecho de conciencia consistiera en
aparecérsenos como una modificación de nuestro ser psíquico o, para emplear el
lenguaje corriente, en ser aprehendida primero como un estado de conciencia. Y
no cabe duda que siempre es posible cobrar conciencia de la emoción como
estructura afectiva de la conciencia y decir: estoy furioso, tengo miedo, etc.
Pero el miedo no es originalmente conciencia de tener miedo, como tampoco la
percepción de este libro es conciencia de percibir el libro. La conciencia
emocional es ante todo irreflexiva, y en este plano, sólo puede ser conciencia
de sí misma en el modo no posicional. La conciencia es ante todo conciencia del
mundo. Ni siquiera es preciso rememorar toda la teoría de la conciencia para
comprender claramente este principio. Basta para ello unas observaciones
sencillas y resulta extraño que a los psicólogos de la emoción nunca se les
haya ocurrido hacerlas”. (Sartre,
1940: P. 57-58)
Es decir, nuevamente se presenta una confusión entre
las formas de existencia de la conciencia, en este caso no en la conciencia
misma, sino en la emoción, en este punto podemos afirmar que uno de los
problemas de la psicología desde la concepción sartreana, es pues, no
comprender inmediatamente la definición de la conciencia, no entenderla como
ser del mundo, que se hace en cuanto alcanza el objeto, no concebir el carácter
espontaneo que se encuentra en la misma estructura de la conciencia. Por ello
Sartre en este ensayo esboza una teoría fenomenológica de la emoción, que
intenta desembocar en una psicología fenomenológica, esta finalidad, que al
menos es inacabada en esta obra, solo nos deja con un desaire de la
conformación completa de esta interesante propuesta, hasta este punto lo que
nos deja Jean Paul Sartre con esta obra es el inicio de estas consideraciones,
así pues una psicología fenomenológica debe empezar por establecer una
reflexión eidética de la esencia del hecho psicológico investigado.(Sartre,1940
pp.100-101)
Referencias
Sartre, J-P (1999) [1940] Bosquejo de una teoría de
las emociones, España: Alianza Editorial.
Sartre, J-P (1988) [1938] La trascendencia del ego,
Madrid, España: Editorial Síntesis.
[1]
Es decir, toda conciencia es conciencia de algo, principio que toma de Husserl,
con el cual pretende demostrar que el objeto de la conciencia está fuera del
mundo, y que estas se hace en cuanto que se trasciende a un objeto.
[2]
Sartre distingue dos grados de conciencia, la conciencia irrefleja o conciencia
de primer grado que se da en la espontaneidad y la conciencia reflexiva o
conciencia de segundo grado que se da en la reflexión, así por ejemplo,
mientras tecleo las letras de este computador, tengo conciencia irrefleja de
que escribo estas palabras, cuando me detengo y considero acerca del porqué
escribo estas palabras y reflexiono sobre el acto de escribirlas, es allí donde
tengo una conciencia reflexiva de que escribo estas palabras.
[3]
Uno de ellos es
el de la intencionalidad de la conciencia. En la trascendencia del ego, ya se
observan pequeñas criticas de Sartre hacía Husserl, sin embargo en el ser y la
nada es donde se ven explicitadas todas sus críticas a Husserl seguido de sus
propuestas.
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