Analiticidad en Quine - Hans Steven Pulido

Un término es analítico en virtud de
significaciones, por lo que para explicar lo que es la analiticidad es necesario
explicar en qué consisten las significaciones, y dado lo que hemos visto en
Frege y Russell, significar y nombrar implican cosas distintas. Podemos tomar
como ejemplo términos de tipo como criatura
con riñón y criatura con corazón,
donde por extensión, ambos se refieren a las mismas entidades, lo que no
implica que signifiquen lo mismo, entonces nos queda el interrogante de qué
queremos decir cuándo decimos que dos términos significan lo mismo, por lo que
la noción de significación merece tanta atención como la noción de
analiticidad. Ahora, podemos simplificar la significación en dos componentes:
la sinonimia de formas lingüísticas y la analiticidad de los enunciados. La
primera de ellas puede dejarse de lado si se tiene en cuenta que el hecho de
que dos términos sean sinónimos obedece a que en determinado momento un
lexicógrafo hizo una asociación, recurriendo a cuestiones fácticas que no nos
sirven para juzgar si uno u otro enunciado es analítico, por lo tanto, podemos
desechar el componente de la sinonimia lingüística y quedarnos con el de la
analiticidad de los enunciados, pero estaríamos retornando a punto por el que
empezamos.
Los enunciados analíticos pueden dividirse
en dos: lo que corresponden a una analiticidad de tipo lógica, con enunciados
como ningún hombre no casado es casado (1),
que resultan verdaderos independientemente del significado de las variables que
lo componen, aceptando de antemano un inventario de partículas lógicas; con ese
tipo de términos no hay problemas. Tenemos un segundo ejemplo de enunciados
analíticos, del tipo ningún soltero es
casado (2). La posible solución de pretender reducir (2) a (1) apelando a
definiciones es recurrir nuevamente a las atribuciones del lexicógrafo. Alguien
podría argüir en nuestra contra el argumento de que prevalece una sinonimia así
desechemos la actividad del lexicógrafo, pero este tipo de sinonimia que
permite la analiticidad es una noción tan oscura como la noción de analiticidad
misma. Podemos apelar a una postura más pragmatista recordando que en
determinados sistemas formales existe una forma de analiticidad en la que se
crea un término indecidible dentro de un axioma, como lo explica Russell en
1903. Sin embargo, optar por este tipo de pragmatismo no define del todo lo que
es la analiticidad, solo se limita a dar un ejemplo de ella: parece ser que la
noción de analiticidad posee la característica de ser a priori. Podemos proponer que en el caso de (2), soltero y hombre no casado son cognitivamente sinónimos, desechando para
nuestros propósitos los otros tipos de sinonimia, pero hallamos una nueva
piedra de tropiezo al intentar definir la analiticidad en función de la
sinonimia cognitiva de dos expresiones, dado que si usamos explicaciones tales
como todo y solo los solteros son hombres
no casados sean enunciados analíticos, incurriríamos en una petición de principio
al suponer explicitada la sinonimia cognitiva mediante la analiticidad.
En un lenguaje estrictamente formal como el
de la matemática clásica, aceptaríamos adverbios como necesariamente para referirnos a los enunciados pertenecientes a
una clase identificada con el rótulo ‘Enunciados analíticos’, pero en este
lenguaje quedaría inespecificada la analiticidad, en cuanto que este tipo de
lenguajes formales son extensionales.
Apartándose del círculo vicioso anterior,
Quine introduce el uso de reglas semánticas dentro de un lenguaje para
establecer qué y cuáles enunciados son analíticos dentro sí. Así, recurriendo a
una regla semántica que nos diga todos
los enunciados con la característica K son analíticos, estaríamos creando
un criterio intencional (no extensional) para identificar la analiticidad, más
aun, imaginemos que podemos construir una regla semántica que diga que defina
satisfactoriamente la noción de analiticidad mediante la explicación R: dentro de este lenguaje tenemos
identificada y explicada la analiticidad, pero surge el problema de decir cuál
es el criterio para la creación de una regla semántica, ¿Qué podemos hacer
aquí? ¿Crear algo así como una metarregla semántica que ofrezca dicho criterio?
No, construir dicha metarregla implica construir una meta-metarregla antes que
esa y así estaríamos haciendo una operación ad
infinitum, con lo que vemos que el recurso de las reglas semánticas es
inválido para la esclarecer la analiticidad.
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